Comenzar el año en la sexto volcan más alto de Mexico
Escalar La Malinche de noche para recibir el año nuevo es una experiencia inolvidable, llena de emoción, superación y una conexión profunda con la naturaleza. La aventura comienza al caer la noche, cuando el aire se vuelve más fresco y el cielo se llena de estrellas brillantes.
Con cada paso, el silencio de la montaña envuelve a los escaladores, permitiendo que cada uno reflexione sobre el año que termina y las metas para el que está por comenzar. Las linternas iluminan el sendero, creando un rastro de luz que guía a los aventureros hacia la cima.
El ascenso es un desafío que pone a prueba la resistencia física y mental, pero cada pausa para tomar aire ofrece una oportunidad para mirar hacia atrás y ver cómo el mundo se va quedando pequeño a medida que se sube. La camaradería entre los compañeros de escalada se fortalece con cada tramo recorrido, compartiendo risas, ánimos y momentos de reflexión.
Finalmente, después de varias horas de ascenso, el grupo llega a la cumbre justo antes del amanecer. La vista desde la cima de La Malinche es impresionante. El horizonte comienza a teñirse de tonos naranjas y rosados, anunciando la llegada del nuevo año. La emoción es palpable; los corazones laten con fuerza no solo por el esfuerzo físico, sino también por la alegría de haber alcanzado la meta.
Con el primer rayo de sol, se levanta una nueva esperanza. Cada uno de los presentes hace una pausa para reflexionar y hacer sus propósitos para el año que comienza. La sensación de logro y la belleza del entorno hacen que este momento sea verdaderamente mágico.
Despedir el año viejo y recibir el nuevo en la cima de La Malinche es una buena experiencia. Es un recordatorio de que, al igual que en la vida, los desafíos pueden ser duros, pero la vista desde la cima siempre vale la pena.
¡Feliz Año Nuevo desde las alturas!